HISTORIA DE LAS BAILARINAS


Seguro que en más de una ocasión os habréis preguntado el origen de las bailarinas como calzado. Esta es una historia con cantidad de referentes históricos famosos; desde Marie Taglioni, una estrella del Ballet del siglo XIX, hasta Brigitte Bardot en “…Y Dios creó a la mujer” o la mismísima Lady Di. Pero vayamos por partes. 

Es común pensar que las bailarinas, o “flats” en inglés, siempre han sido un zapato desprovisto de tacón y rigidez alguna. Nada más lejos de la realidad. Los primeros zapatos de Ballet incursionaron como tal en el escenario de la corte real de Caterina de Medici. Era Octubre de 1581 y se estrenaba el “Ballet cómico de la reina”, actuación considerada en la historia del Ballet como el origen de esta disciplina tan exigente. 

Al escenario, ataviados con trajes de seda fría pesada y cuellos con ribete, aparecieron los bailarines. ¿Sus zapatos? Un zapato de tacón, más parecido a los clásicos zapatos de salón, revestidos de telas tan rígidas como las de los trajes, y con una lengüeta que cubría el arco plantar. Una versión de la bailarina muy anterior a la que conocemos hoy en día, sin duda. 

No fue hasta el aclamado baile de Marie Taglioni que se pudieron observar bailarinas más parecidas a las de hoy en día. Ocurrió en la Ópera de París, un 12 de marzo de 1832 con el estreno de La Sílfide. Este fue un hito importante en la historia del Ballet y de la moda, ya que Marie Taglioni empleó la técnica “En Pointe” (bailar de puntillas) por primera vez y para ello, ¡también necesitaba un zapato adecuado!

Se cree que Filippo Taglioni, padre de Marie, confeccionó el primer zapato “Pointee”. Fue así cómo un calzado de tacón duro y cerrado pasó a ser fabricado con cuero o satén, suela partida y lazos para asegurar su colocación. Al usar las puntas de los pies también se necesitaba una puntera estable en la parte anterior del zapato. La bailarina clásica había nacido, y continuó su evolución a lo largo del siglo XIX; se reforzó la suela, se añadió elástico al rededor y se endureció la punta hasta adquirir su característica forma cuadrada. 

Hasta que en 1941 Claire McCardell, una conocida diseñadora de ropa deportiva, encargó varias versiones de este calzado a su colega Capezio para su inminente colección. El “Flat shoe” tuvo tanto éxito que todas las cadenas de Prêt à Porter fabricaron bailarinas para su venta en grandes almacenes y pequeñas tiendas. 

¿Pero quién las popularizó? Bueno, resulta que Brigitte Bardot no sólo fue actriz. Su formación como bailarina de Ballet hizo que un buen día decidiera encargar unas bailarinas a medida. Debían ser flexibles y ligeras pero mucho más cómodas que las tradicionales de baile. Fue así como nacieron las conocidas bailarinas de napa que podemos comprar y disfrutar. 

¿Qué tiene que ver Lady Di en todo esto? Resulta que la conocida princesa de Gales le aportó elegancia a este calzado ya de por sí glamuroso utilizándolo en su día a día. Resulta que algo creado para entretener a la realeza ¡acabó vistiéndola!

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